El endeudamiento es una realidad que atraviesa la mayoría de los hogares en Argentina. Conocer y controlar el estado de las finanzas familiares no solo aporta claridad, sino que evite crisis futuras. Una revisión constante se convierte en una herramienta poderosa para mantener la estabilidad y la tranquilidad en el hogar.
El endeudamiento familiar engloba todos los compromisos de pago que asume un hogar: préstamos personales, tarjetas de crédito, cuotas de servicios, créditos hipotecarios y más. Se mide sumando el capital adeudado y comparándolo con los ingresos mensuales disponibles.
En este contexto cobran relevancia tres variables clave: la cantidad de deudas, las tasas de interés y los plazos de vencimiento. Una gestión adecuada implica entender cada elemento y su peso en el presupuesto familiar.
En mayo de 2025, según el Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas (IETSE), un 91% de los hogares argentinos reportó algún tipo de deuda. La mayoría de esos compromisos (73%) se generaron en 2024, año de fuerte devaluación e inflación acumulada de casi 65% en el primer cuatrimestre. Además, un 58% de las deudas de tarjeta de crédito se utilizan para comprar alimentos.
Estos datos ilustran una tendencia creciente al uso del crédito como estrategia de subsistencia. El porcentaje de hogares con más de tres deudas subió del 8% al 12% en un año, y la mora simple o judicializada representa el 76% del total de compromisos impagos.
Detrás de este deterioro progresivo se encuentran varios factores estructurales:
El estrés por no cumplir con los pagos afecta la salud integral de las familias. El estrés financiero por deuda puede provocar ansiedad, depresión y una sensación constante de agobio.
En el plano físico, las personas pueden sufrir hipertensión, problemas gástricos, dolores musculares y sistema inmunológico debilitado. Además, la presión por la deuda dificulta la toma de decisiones, generando un círculo vicioso que ahonda el problema.
Realizar un control regular del endeudamiento permite anticipar crisis y evitar la judicialización de deudas, que ha subido 6 puntos porcentuales en el último año.
Al tener un diagnóstico claro, la familia puede priorizar gastos esenciales y renegociar condiciones antes de que las deudas se vuelvan impagables. Esta práctica fomenta la responsabilidad y mejora la gestión de recursos a largo plazo.
Para llevar a cabo una auditoría eficaz, considera los siguientes pasos:
Estas acciones prácticas ofrecen un camino para recuperar el equilibrio económico y reducir el nivel de incertidumbre.
Mantener un monitoreo constante del endeudamiento familiar es una forma de empoderamiento. No se trata solo de números, sino de proteger el bienestar emocional y físico de quienes habitan el hogar.
Adoptar la revisión periódica como hábito favorece decisiones informadas y fortalece la resiliencia ante los desafíos económicos. Con datos claros y un plan de acción, cada familia puede recuperar la tranquilidad y construir un futuro con mayor seguridad financiera.
Referencias